Dos mujeres y dos hombres fueron imputados por el homicidio de Pedro Pereira en San Justo. A ellas se las acusa de ser las instigadoras del crimen, y a ellos de ser coautores. Esta mañana el juez Gustavo Urdiales impuso la prisión preventiva para los cuatro.
Pedro Pereira tenía 64 años y lo encontraron sin vida el sábado por la mañana en el baño de su casa en San Justo. Estaba tendido en el piso del baño rodeado de un charco de sangre.
A Pedro lo encontraron su esposa y la hija de la mujer. Hoy las dos mujeres quedaron en prisión preventiva imputadas por el crimen. También los dos jóvenes a quienes ellas habrían contratado para cometer el crimen.
Lo mataron con un palo de amasar
Al repasar la imputación que pesa sobre las cuatro personas, la fiscal de homicidios Ana Laura Gioria expresó que el viernes por la tarde Estela I. y Georgina M. solicitaron a Brian S. y Diego P. para que maten a Pereira. Gioria relató que el pedido fue a cambio de $5000 y un arma de fuego.
Según expresó la fiscal, el sábado 13 por la madrugada, los dos hombres ingresaron en la vivienda y golpearon a la víctima con un palo de amasar en la cabeza. Luego, tomaron el celular y la billetera y se los llevaron a las mujeres.
La investigación se inició con un llamado a la policía realizado por la propia Estela I., esposa del fallecido. La mujer manifestaba que había encontrado sin vida a su marido y solicitaba presencia policial.
Al llegar la policía, la mujer manifestó que el día anterior se había ido a la casa de su hija y al volver esa mañana habían encontrado la puerta abierta y a su marido tendido en el piso. Agregó que faltaban la billetera y el teléfono celular.
Las primeras declaraciones
Estela I. y Georgina M. declararon en sede policial tras el hallazgo del cuerpo de Pereira. Ambas relataron que Estela fue a la casa de su hija para ayudarla a preparar una torta, se quedó a dormir y al día siguiente volvieron a la casa.
Estela I. manifestó además que su marido mantenía conversaciones por whatsapp con dos mujeres, que fueron citadas a declarar. Una de ellas aportó que tenía una relación de amistad con Pereira, que siempre se trataban con respeto y que sabía que tenía mala relación con la esposa.
La investigación llevó al personal policial a solicitar una requisa en la pieza que Georgina M. alquilaba en una pensión. Allí encontraron un bolso con el teléfono celular y la billetera que faltaba de Pereira.
Según el acta policial, ante el hallazgo, Georgina M. habría manifestado que el bolso es de su madre, y habría aportado que la tarde anterior se habían contactado con Brian S. y Diego P. La intención era que “le den un susto y le saquen plata”.
También agregó que cuando los hombres les llevaron las cosas le expresaron que Pereira estaba golpeado pero en buen estado, y que habían arrojado el palo de amasar y prendas ensangrentadas en un camino rural.
La detención de los “sicarios”
Tras esas manifestaciones, Diego P. y Brian S. fueron detenidos por el personal policial. Según el acta policial, al momento de la detención Brian S. habría manifestado que “hace rato” que las dos mujeres tenían intenciones de matar a Pereira, y que a cambio les habían prometido $5000 y un revólver.
Además, el personal policial logró secuestrar el palo de amasar y las prendas ensangrentadas en el lugar precisado.
Grave imputación
La fiscal Gioria anticipó que a los cuatro imputados podría corresponderle la pena de prisión perpetua. Diego P. y Brian S. fueron imputados como coautores del delito de homicidio calificado por precio o promesa remunerada.
Georgina M. y Estela I. fueron imputadas como instigadoras del homicidio calificado, agravado por el vínculo en el caso de la esposa.
Además, solicitó imponer la prisión preventiva por entender que la libertad de los imputados podía poner en riesgo la investigación por las pericias que restan realizarse sobre los elementos secuestrados.
“Declaré presionada por la policía”
Tres de los imputados pidieron declarar en la audiencia. Brian S. y las dos mujeres manifestaron que lo que declararon “fue por presión de la policía” y que “era todo mentira”.
El abogado particular de Brian S., Juan Carlos Bovero, expresó que toda la acusación se basa sobre una declaración irregular del imputado, sin asistencia técnica de un abogado defensor.
Insistió el letrado que más allá que la palabra de la coimputada no hay elementos que vinculen a Brian S. con el homicidio. Por último, solicitó la nulidad de la declaración por considerarla contraria a lo establecido en el Código Procesal Penal.
Los dres. Gustavo Durando y Javier Casco, del SPDP en representación de los otros tres imputados, esgrimieron la defensa en el mismo sentido.
Insistieron que las declaraciones no fueron espontáneas y cuestionaron el proceder de la policía de San Justo. “No resulta creíble que alguien declare espontáneamente algo que lo compromete en un delito tan grave” manifestó Durando, representante de las dos mujeres.
El defensor solicitó la invalidez de las declaraciones y la ilegalidad de la detención de las dos imputadas.
A la cárcel
La fiscal Gioria refutó los cuestionamientos de los defensores e insistió que no se trató de declaraciones de los imputados sino de manifestaciones espontáneas.
Para defender el accionar policial, Gioria citó jurisprudencia de la CSJN que determinó que “si la manifestación espontánea no es producto de coacciones puede ser tenida en cuenta en la investigación, si no, se verían limitadas las posibilidades de actuación de los investigadores.
El juez Gustavo Urdiales resolvió rechazar los pedidos de invalidez y nulidad planteados por los defensores e imponer la prisión preventiva para los cuatro imputados.