El jubilado – Navarro – señaló que a su tarjeta la maneja él y jamás dio su clave a nadie. Negando, desde hecho, que alguna vez haya si quiera solicitado prestamos al banco o desde el cajero automático, desde donde realiza usualmente sus cobros mensuales, denuncio a la policía que le faltaba dinero de su cuenta sueldo y que el sistema le informó de dos préstamos que el retiro durante el mes.
Resulta en extremo llamativo que estos casos se multipliquen en nuestro norte sin que se llegue a la verdad de estas operaciones y ni siquiera, tener mayores datos de los movimientos, atento a que los cajeros automáticos cuentan con cámaras de video y registros fílmicos conforme a despejar cualquier duda.
Van ya varios casos en el que no solo se advierte manos negras en el manejo de cuentas sueldos de haberes previsionales casi inexplicables, sino, un modus operandi que atento a lo recurrente, hasta ahora nadie supo explicar quién o quiénes son los responsables de estas estafas que se multiplican cada mes del año.